LIFE CAÑADAS
Cañadas vivas para reconectar espacios de la Red Natura 2000
Actualidad de las acciones del proyecto
Durante las últimas décadas, los corredores utilizados por el ganado para sus desplazamientos estacionales, conocidos como vías pecuarias o “cañadas”, han experimentado una marcada reducción en su uso, hasta el punto de que en muchos casos se han abandonado por completo. Este abandono provoca una pérdida de biodiversidad a todos los niveles, que afecta, entre otros grupos, a plantas, fauna edáfica, artrópodos epigeos y vertebrados. Por otro lado, la creciente intensificación agraria y urbanización de gran parte del territorio hace que los espacios naturales se encuentran aislados entre sí. La recuperación de las cañadas abre la puerta a la creación de una red de corredores de vegetación seminatural que permitiría conectar estos espacios naturales protegidos. Además, la puesta en valor de la trashumancia tradicional permite a los ganaderos actuar como agentes sociales imprescindibles para el mantenimiento y conservación de las vías pecuarias y la riqueza ecológica que albergan.
La ganadería extensiva trashumante, aquella en la que el ganado realiza movimientos estacionales en busca de los pastos más productivos, se ha convertido en una actividad que ya solo unos pocos pastores realizan. Este tipo de ganadería se ha ido sustituyendo por otros modelos de gestión más intensivos, que sin embargo conllevan un elevado impacto ambiental. Esto ha provocado el desuso e incluso abandono de muchas vías pecuarias por las que transitaba el ganado en sus desplazamientos, lo que ha dado lugar a un creciente proceso de deterioro de estos corredores.
El Grupo de Investigación de Ecología y Conservación de Ecosistemas Terrestres (TEG-UAM) y el Laboratorio de Socioecosistemas, ambos pertenecientes al Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) – en colaboración con la Asociación Campo Adentro, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife), la Dirección General de Agricultura, Ganadería, y Alimentación de la Comunidad de Madrid y la Dirección General de Política Forestal y Espacios Naturales de Castilla – La Mancha – , acaban de iniciar el proyecto LIFE Cañadas, cofinanciado por el Programa LIFE de la Unión Europea en un 60%. El objetivo de este proyecto consistirá en realizar acciones de conservación y restauración ecológica en una parte de las vías pecuarias de la Comunidad de Madrid y en la Cañada Real Conquense, en la Comunidad de Castilla – La Mancha, con el fin de recuperar su papel ecológico y mejorar la conectividad entre espacios de la Red Natura 2000. La Red Natura 2000 es el conjunto de áreas protegidas para la conservación de la biodiversidad en la Unión Europea. Estas áreas, en ocasiones, tienden a estar rodeadas de paisajes intensificados (principalmente zonas de cultivos) o urbanizados, sin apenas presencia de hábitats naturales, lo que provoca que se conviertan en fragmentos aislados unos de otros. La restauración de la red de cañadas, muy extensa en nuestro país, es una oportunidad para la implementación de infraestructura verde en estos paisajes intensificados, lo que además facilitaría la reconexión entre espacios naturales al constituir corredores ecológicos y favorecer los movimientos de semillas y otros propágulos asociados a los desplazamientos del ganado.
Las acciones se centrarán en dos zonas: Por un lado, la Cañada Real Conquense, que une Sierra Morena con la Sierra de Albarracín, donde todavía se mantienen algunos rebaños trashumantes; y por otro la red de vías pecuarias de la Comunidad de Madrid, en buena medida deteriorada por el abandono, la erosión o la invasión por otros usos, lo que ha dado lugar a una severa pérdida de diversidad en las mismas. “El ganado, cuando se traslada de un lugar a otro, mantiene la vegetación en un estado más deseable, al regular la acumulación de biomasa vegetal a la vez que proporciona periodos de relajación de la presión herbívora; mejora la calidad de los suelos, y contribuye a la dispersión de las semillas, incrementando la diversidad genética de las poblaciones y la diversidad biológica de las comunidades” – explica Francisco Martín Azcárate, investigador principal del proyecto y profesor de la UAM– “con la ganadería intensiva, este papel ecológico se pierde”. Los pastores trashumantes pasan a ser, por tanto, no solo los conservadores de una práctica ganadera tradicional, sino también de unos corredores ecológicos de gran importancia para la biodiversidad.
Además del desuso, otro factor de degradación de las vías pecuarias es la invasión de las mismas por parte de la actividad agrícola, que en ocasiones aprovecha el abandono de la trashumancia para ganar unos metros de terreno a costa de las vías pecuarias. “Las cañadas son perfectamente compatibles con la agricultura, pero deben conservar su anchura para convertirse en corredores ecológicos efectivos, además de proporcionar una mínima infraestructura verde” – concluye el investigador – “Los hábitats naturales y seminaturales de las cañadas también servirán para mejorar la situación de las poblaciones de polinizadores silvestres, mejorando la producción de determinados cultivos, que además así no dependerán exclusivamente de la disponibilidad de abeja doméstica, y por tanto se mitigaría el impacto de las posibles plagas, enfermedades u otras amenazas que pueden afectar a estos insectos”.